Un oasis de paz en el corazón de Málaga

Hay pisos que se sienten como un suspiro profundo. Este, en la tranquila calle Duque de Rivas, en el corazón del Molinillo, es uno de ellos. Desde el momento en que cruzas la puerta, el mundo exterior desaparece y todo se vuelve calma. Silencio. Luz. Paz.

Lo primero que impresiona es el aire… literal. Sus techos altos, de 3,4 metros, le dan al espacio una amplitud majestuosa. Respiras diferente. Sientes que hay espacio no solo para tus muebles, sino para tus ideas, tus tardes tranquilas, tus mañanas lentas. Todo fluye con más libertad.

Cada detalle de este piso de planta baja ha sido cuidado con mimo. La cocina, abierta e integrada con el salón, invita a compartir. El salón, amplio y acogedor, es el tipo de lugar donde apetece quedarse horas, sin mirar el reloj. Y el baño, elegante y funcional, acompaña la experiencia de confort. Pero es el patio interior el que realmente roba el corazón: 14 m² de aire libre, con suelo de terracota y paredes blancas que brillan con la luz natural. Un rincón privado donde leer, meditar, desayunar al sol o simplemente dejar pasar la vida.

Lo mejor de todo es el silencio. Aunque estás a pasos del bullicio del centro de Málaga, aquí no se oye más que tu propia respiración. Ni tráfico, ni ruido urbano, ni prisas. Solo tranquilidad.

Y sí, estás en el Molinillo. Un barrio con alma, donde la gente aún se saluda al pasar, donde los pequeños comercios siguen vivos, donde el aroma a café recién hecho sale de las ventanas. A un paseo del Mercado de Salamanca, del Centro Histórico, del arte, del teatro, de todo.

Este no es un piso cualquiera. Es un refugio. Un hallazgo. Un lugar que te dice al oído, sin gritar: “Bienvenido a casa”.

Videos

• https://youtu.be/yE5hgzgCo8M